Que no me permita dudar
Por Nancy Zúñiga
Que no me permita dudar de tus promesas, de tu amor, de tu palabra. En el momento que la duda entra a mi vida, dejo que el seductor maligno entre y haga estragos, la desordene, la desequilibre y quiebre mi corazón en pedazos.
En silencio, entro en lo profundo de mi habitación, cierro la puerta y te ORO clamándote que pueda volver a vos, que me abracés y que vuelva a encontrarte, vuelva a seguirte. Y ahí estás esperándome, amándome y cuidándome.
Vuelvo a la rutina y nuevamente todo lo que me rodea me lleva a dudar de vos, me caigo otra vez esta vez más fuerte, más profundo. Pongo mis expectativas en el mundo, en mi trabajo, en lo material, peor aún, pongo mis expectativas y todo mi amor en personas. Me vacío de vos y me dejo llenar por la ansiedad de quererlo todo, de esperar de todos y sigo cayendo más profundo, cada vez te siento más lejos.
Vuelvo al silencio y trato de encontrarte, pero ella entra y me encuentra, me llena de miedo. Miedo a la soledad, miedo al abandono, miedo a fracasar. Esto me hace caer aún más profundo de lo que jamás imaginé.
Mi corazón, mi mente cada vez más lejos de vos. Cada vez más caótico todo, más desordenado. Te busco en todo lado, y no me permito creerte, no me permito verte. Porque ella sigue ahí haciéndome sentirte lejos.
Mis expectativas se alejaron de vos, las puse en personas que amaba, que empecé a amar más que a vos y ahí en ese momento caí aún más profundo, ya no te veía, ya no te sentía. Ahora quería que ellos fueran como vos, y estuvieran ahí amándome, esperándome, cuidándome. Todo lo tenía apostado en ellos, estaba vacía de vos y llena de ellos. Y mi valor estaba puesto en sus manos, había permitido que hicieran conmigo lo que fuera, al final buscaba desesperadamente ser amada. Dentro había un vacío profundo. Ya te había sacado de mi vida y ahora estaba más vacía que nunca.
Vuelvo al silencio y ya no sé como buscarte, ya no sé como hablarte porque dudo que estés ahí, después de todo yo me había ido y creía que vos debías estar muy enojado y decepcionado de mí.
Ella iba ganando ya había logrado lo que se había propuesto, ahora yo tenía miedo, enojo, y pues sí… estaba sola, los que amaba más que vos ya no estaban. Ella iba ganando. La dejé entrar y que hiciera conmigo lo que quisiera. No tuve la suficiente FE para vencerla. Me está doliendo mucho.
Vuelvo al silencio esta vez con más lágrimas, con más dolor y te busco, porque necesito volver a sentirte, quiero volver a vos.
Amanece y retomo la rutina, un poco cansada, un poco más vacía, pero esta vez dispuesta a cambiar y romper todo aquello que me dañaba, necesitada de vos, queriendo volver a sentirte a la par mía en cada instante.
Dispuesta a romper ciclos, dispuesta a dejarme amar más por vos y menos por el mundo. Dispuesta a creer, con los ojos puestos en vos. Ya no quiero caer más profundo. El momento llegó, no necesito tocar fondo para subir, tu mano está ahí y puedo agarrarme a tiempo de ella y salir.
Vuelvo al silencio y cierro la puerta esta vez la cierro con mis expectativas puestas en vos, en confiar en tu amor, en sentirlo y vivirlo en libertad. La duda ahora mismo sale de esta habitación, porque hay algo más grande que ella, siempre lo habrá.
Él, estuvo 40 días en el desierto, ella lo alcanzó y lo invitó a que se alejara de vos para que tu plan no se cumpliera. Sus ojos estaban puestos en vos, porque sos su papá, porque confiaba en vos. Y aún así sin importar el desenlace de la historia, te obedecía, te seguía.
Vuelvo al silencio, te busco… y ahí estás recordándome que él estuvo 40 días, luchando contra ella, venciéndola, cumpliendo tu plan. Con la confianza absoluta puesta en vos, sin importar el desenlace de la historia. Era sencillo, su amor por vos era más grande que cualquier otra cosa que el mundo pudiera ofrecerle, le dolía, pero ahí estabas vos, ahí estaba él, con los ojos puestos en vos.
Que no me permita dudar que vos sos más grande que todo, que tu amor por mí es incomparable. Ella ya no va a poder más contra mí, porque ahora y para siempre estoy agarrada de tu mano. Buscaba desesperadamente algo que hoy sé que lo encuentro en vos. Ya no busco, ya no necesito. Solo quiero estar con vos eternamente hasta el fin de mis días.
Vuelvo al silencio y ahora es mi lugar favorito porque estás ahí esperándome.
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